Proyectos del CICR Mejoran la Vida en Prisiones de Perú
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y el INPE implementan iniciativas que transforman las condiciones de vida de los internos, promoviendo su rehabilitación y reinserción social.
En Perú, el sistema penitenciario enfrenta importantes desafíos, pero diversas iniciativas están surgiendo para mejorar la calidad de vida de las personas privadas de libertad. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en colaboración con el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), ha lanzado diez proyectos piloto en diferentes cárceles del país, dirigidos a grupos vulnerables como mujeres, adultos mayores y personas con discapacidad.
Estos proyectos incluyen una variedad de actividades que van desde clases de teatro y danza hasta talleres de reciclaje y promoción de la lectura. Por ejemplo, en el penal Ancón I se lleva a cabo «Expresarte», un programa que permite a los internos participar en obras de teatro centradas en temas como la libertad. En Sullana, el proyecto «Había una vez» ha creado un espacio dedicado a la lectura entre madres e hijos, fomentando vínculos familiares significativos.
Además, se han mejorado las infraestructuras dentro de las cárceles, como lavanderías e invernaderos, lo que no solo beneficia a los internos, sino que también contribuye a su bienestar emocional y físico. Estas actividades están diseñadas para desarrollar habilidades laborales que facilitarán la reinserción social al momento de su liberación.
El CICR ha trabajado estrechamente con el personal del sistema penitenciario para identificar las necesidades específicas de los internos y adaptar los programas en consecuencia. «La respuesta ha sido muy positiva; hemos visto un cambio significativo en la rutina diaria dentro de las prisiones», afirma Pilar De la Torre Salazar, Oficial de Protección del CICR.
A pesar de los logros alcanzados, es fundamental continuar apoyando estas iniciativas para garantizar su sostenibilidad a largo plazo. La colaboración entre el CICR y el INPE es un paso importante hacia un sistema penitenciario más humano e inclusivo, donde cada individuo tenga la oportunidad de reconstruir su vida y contribuir positivamente a la sociedad.