Cárceles Reventadas: El Hacinamiento que Nos Pasa Factura a Todos.

Las cárceles en Perú están más llenas que un combi en hora punta. Con una sobrepoblación del 200%, estos lugares se han vuelto focos de violencia y enfermedades. No es solo que los presos la pasen mal, sino que este caos afecta a todos: la seguridad pública y la justicia están cada vez más en la cuerda floja.

Los internos sobreviven en condiciones terribles, sin agua potable ni atención médica decente. La falta de espacio y recursos genera un ambiente donde la violencia y la corrupción son pan de cada día. ¿Rehabilitación? Ni de broma. Es hora de que el Estado tome cartas en el asunto: o se construyen más cárceles o se buscan alternativas para los delitos menores. La dignidad humana debería ser algo básico, y hoy, en estas cárceles, brilla por su ausencia.

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